Hijo de Juan y de Iluminada,
nació el día 14 de abril de 1910 en Camprodón (Girona). Era el mayor de tres
hijos y el único varón. Quedando huérfano de padre y en una difícil situación
económica, le fue concedido el ingreso en el Colegio de Huérfanos de Sant Julià
de Vilatorta a los 11 años por petición de su abuela. Allí completó la
enseñanza primaria y fue cultivando una vocación religiosa y sacerdotal que
unos años más tarde, con su ingreso al colegio Nazareno de Blanes el 25 de
julio de 1925, asumiría en nuestro Instituto de Hijos de la Sagrada Familia.
Vistió el hábito el 25 de septiembre de 1927 en el colegio Sagrada Familia de
Les Corts, a manos del P. Luis Tallada, Superior General, e inició el año de
noviciado junto con Pedro Ruiz, Francisco Saborit, Ramón Jordà y Bernardo
Serra, entre otros. El día 26 de septiembre de 1928 hizo su primera profesión,
frecuentando en los años siguientes sus estudios eclesiásticos en el
escolasticado de Les Corts y siendo su prefecto el P. Ramón Oromí, Maestro suyo
también durante el noviciado.
Profesó perpetuamente el 20 de
septiembre de 1935. En Barcelona recibió la tonsura y las primeras órdenes y
fue promovido sucesivamente el diaconado, que tuvo fecha el 17 de diciembre de
1935. El 7 de marzo de 1936 fue ordenado sacerdote, en Girona, junto con los
padres Mariano Ruiz, Roberto Montserrat y José Pairó. Cantó su primera misa en
la capilla del colegio de Loreto de Les Corts. Como minorista, había hecho las
prácticas de enseñanza en los colegios de Huérfanos de Sant Julià y Santa María
de Blanes. En los pocos años de su ministerio sacerdotal, manifestó una gran
estima y gravedad en su porte, en el modo de hablar y, sobre todo, en la
celebración de la eucaristía.
La revolución de 1936 le
sorprendió haciendo las veces de superior y prefecto de escolares de 12
filósofos en la residencia de Mas Loreto, Mosqueroles, con el teólogo Pedro
Ruiz como viceprefecto y el coadjutor Domingo García. Por el párroco del lugar
y la radio se enteraron de lo que sucedía en varios puntos de la península. El
día jueves, 22 de julio, por la mañana, tras el aviso de la llegada de un grupo
de comunistas en el pueblo para saquear las casas y quemar la parroquia y la
residencia, la mayoría se dispersó por el bosque, permaneciendo escondidos en
casas amigas durante dos semanas. El
padre Vila tuvo que proveer, en aquellas graves circunstancias y sin poder comunicarse con el P. Samá,
Superior General por aquel entonces, a
la seguridad y alojamiento de todos. Fue el último en abandonar la
residencia cuando ya se habían
dispersado los otros, estando dispuesto a ofrecerse el primero con tal de poner
a salvo a los demás. El único pase que logró conseguir lo cedió al hermano Juan
Sierra para que pudiera llegar hasta Barcelona y ampararse en el consulado
norteamericano.
En la madrugada del 2 de agosto,
el padre Vila, con los hermanos Casimiro
Roca y Pedro Ruiz, emprendió viaje, a pie, hacia Vic. Allí se hospedaron
en casa de su hermana Isabel, mientras les obtuvo nuevos pases y pasaje hasta
Manresa, quedando el padre Vila en su casa hasta el día 20 de septiembre, en
que fue detenido. Desde primeros de aquel mes, había acudido también a
refugiarse allí el padre Buenaventura Belart, escolapio, pariente suyo, que
también fue detenido aquel mismo día. Días más tarde, luego de haber sido
informada del desenlace, su hermana misma precisó que ambos sacerdotes habían
sido asesinados en la noche del 21 al 22 del mismo mes de septiembre. El padre
Vila contaba con 26 años de edad y 8 de profesión religiosa. En 1942, en el
Juzgado de Barcelona, se inscribió su desaparición.
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